sábado, 15 de marzo de 2008

Un sentencia pone fin al sueño de dos hermanos alemanes por estar dando tabla. Bueno es es nuestro mundo.

Patrick y Susan Stübing son pareja desde hace ocho años, tienen cuatro hijos y saltaron a la fama a comienzos de 2007, cuando decidieron luchar para eliminar el articulo 173 del Código Penal alemán, que castiga con hasta tres años de cárcel el incesto. Patrick y Susan, de 31 y 23 años, son hermanos y, cuando presentaron una demanda ante el Tribunal Constitucional, alegaron que la prohibición legal que les impide amarse y vivir juntos es contraria a la Constitución germana, que garantiza la libre elección en materia sexual.

Después de una batalla legal que ha durado algo más de un año, el alto tribunal sentenció ayer que el incesto sigue siendo un crimen penalizado por la ley alemana y que su prohibición es un eficaz instrumento para la «protección del orden familiar». La resolución también señala que la prohibición del incesto es un instrumento destinado a proteger la «salud de la población» y estipula que el derecho al libre albedrío en materia sexual debe restringirse. «La función vital de la familia para la sociedad humana puede perturbarse si su normalidad comienza a tambalearse a causa de una relación incestuosa», señala la sentencia, que reafirma la validez del artículo 173 del Código Penal, que castiga con hasta dos años de cárcel la relación sexual entre hermanos y hasta con tres para quien la mantenga con un hijo.

Cuando los hermanos Patrick y Susan iniciaron su batalla en los tribunales calificaron la disposición legal, por intermedio de su abogado Joachim Fröling, de «violación de los derechos fundamentales y una reliquia histórica». Ayer, el abogado rechazó la sentencia y anunció que recurrirá al Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo. «No podemos aceptar una argumentación eugenésica», dijo Fröling al criticar el párrafo que considera el incesto un peligro para la salud de la población.

Crecieron separados

Cuando Patrick Stübing tenía cuatro años fue adoptado por una familia de Postdam. Su hermana Susan creció con la madre de ambos en Leipzig. En mayo de 2000, Patrick estableció contacto con su madre y conoció a su hermana pequeña. Cuando la madre murió, los dos hermanos decidieron vivir juntos en un pequeño piso en Leipzig. «Si hubiéramos sido una familia normal, todo esto no habría pasado», confesó Patrick cuando fue condenado por primera vez. El joven se refería al nacimiento de su hijo Erik (2001), pero también a la actuación de la Justicia.

Tras el nacimiento de Erik, Patrick fue condenado a un año de cárcel, bajo el régimen de libertad condicional, por haber cometido el delito de haber hecho el amor con «su amor» por lo menos en dieciséis ocasiones. Susan, entonces menor de edad, no fue perseguida por la Justicia. Pero el castigo, en lugar de separar a los hermanos, les acercó aún más y les dio tiempo para procrear otros tres hijos: Sara (2002), Nancy (2004) y Sofía (2005). En noviembre de 2005, Patrick fue condenado a otros dos años y medio de cárcel y Susan fue enviada a un programa de reinserción social.

La sentencia del Tribunal Constitucional alemán obligará ahora a Patrick a cumplir su condena y a vivir separado de su hermana, y madre de sus cuatro hijos, para siempre.

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