LA HABANA.- Las lluvias y fuertes vientos del poderoso huracán Ike castigaba al anochecer de ayer el extremo este de Cuba, donde se registran penetraciones del mar de hasta 400 metros y olas de siete metros, que ya destruyeron casi un centenar de viviendas, informó la televisión cubana.
En el municipio de Baracoa, la ciudad más antigua de la isla, -970 km al este de La Habana- “los vientos, la lluvia y las inundaciones que provocó Ike ya destruyeron más de 80 viviendas” y “el mar ha penetrado 400 metros hacia la ciudad”, comentó un corresponsal de la televisión local.
Las olas, de hasta siete metros, según el Instituto de Meteorología de Cuba (Insmet) “pasan por encima de los edificios del malecón de Baracoa”, en la provincia de Guantánamo (extremo este), “al punto de derribar tanques de fibrocemento. Esto es realmente increíble”, añadió.
Unas 60.000 personas, entre ellas 24.000 en Baracoa, fueron evacuadas en Guantánamo ante la amenaza de Ike, que debe impactar la noche de este domingo Cuba por un punto de la provincia de Holguín (noreste), según el instituto meteorológico local, Insmet. El municipio de Maisí (extremo oeste), también en Guantánamo, quedó incomunicado del resto de la isla. Con vientos de 195 km/h, Ike bajó de categoría cuatro a la tres en la escala Saffir-Simpson -de 5- y está a 120 km al noreste de Guantánamo, según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC).
Fidel Castro
El líder Fidel Castro puso a toda Cuba en “alarma de combate”, cuando Ike está a punto de entrar en el oriente del país, el tercer ciclón que afecta a la isla en ocho días, por lo que serán cuantiosos los daños.
“Toda la nación ahora está a lo que en guerra se llama alarma de combate”, dijo Castro en un artículo leído en la televisión local, pues “todo el país será afectado por los tres huracanes y en algunos puntos dos veces”.
El huracán Gustav atravesó el occidente cubano el 30 de agosto derrumbando 140,000 viviendas, escuelas, naves avícolas y porcinas, así como diferentes cultivos, mientras Hanna -ahora convertido en tormenta- provocó esta semana inundaciones en Baracoa y Gibara, en el este.
Castro, de 82 años y alejado del Gobierno hace dos años, se preguntó que tras los ciclones “¿dónde quedarán un racimo de plátanos, una fruta o los vegetales de un huerto intensivo? ¿Dónde un cultivo de frijoles y otros granos? ¿Dónde un campo de arroz o caña? ¿Dónde un centro de producción avícola, porcina o lechera?”
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