"Se trata de una competencia dura. Estamos a la zaga. Somos el 'underdog' (el que tiene menos posibilidades). Y eso es lo que me gusta ser", dice McCain con frecuencia a potenciales donantes. Pues McCain apela también a su capacidad, bien comprobada, para retornar de situaciones difíciles. El ganó la candidatura de su partido pese a la cuasi-implosión de su campaña a mediados del 2007.
Pero un año más tarde, los problemas son tan graves que McCain dio a uno de sus principales asesores, Steve Schmidt, "el control total de las operaciones", mientras disminuía las tareas de su gerente de campaña Rick Davis. La decisión fue adoptada semanas después que muchos dirigentes republicanos le advirtieron en privado que confrontaba serios problemas.
Steve Lombardo, un encuestador republicano, dijo que "la frustración consiste en que no hay un gran tema para construir una campaña ganadora".
Pero la esperanza es lo último que se pierde. Además, faltan aún cuatro meses para las elecciones. Hay que pasar todavía por las convenciones nacionales y por los debates entre los candidatos. Y la campaña de Obama ha tenido sus propios contratiempos.
McCain también está añadiendo a sus filas a veteranos de la campaña del presidente George W. Bush, bajo la guía de Schmidt, quien tuvo destacada labor en la reelección del 2004.
La campaña deberá demostrar que ha restablecido la disciplina cuando la semana próxima McCain anuncie un plan económico que dará prioridad al empleo, y realice giras por estados donde tendrá una dura competencia con su rival.
Pero, por ahora, los republicanos se muestran cautelosos. Y con razones.
El ambiente político es atroz para los republicanos. Bush tiene un índice de aprobación del 29%, según la última encuesta AP/Ipsos. El país está al borde de la recesión y sus soldados están librando guerras en Irak y en Afganistán, sin que se avizore un final.
Mientras la campaña de McCain parece ir a los tumbos, Obama visita estados que Bush ganó hace cuatro años y corteja a los simpatizantes republicanos con su mensaje, "Un cambio en el que podemos creer".
Sin embargo, el senador por Illinois reconoce que "tengo que ser un candidato mejor", y admite que es vulnerable.
De todas maneras, y aunque hay discrepancias entre las distintas encuestas que circulan en estos días, todas tienen un elemento en común: Obama aventaja de manera unánime a McCain. Y en los temas más importantes para los votantes, McCain va detrás de Obama en todos ellos, excepto en relación a Irak y al terrorismo. Y también se encuentra en desventaja en estados claves, como Colorado y Ohio, que Bush ganó en el 2004.
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