España, donde no tienen problemas de idioma, es el principal destino europeo de estos delincuentes, que son acogidos en ese país por sus "hermanos" de pandillas como los Trinitarios, Los Ñeta, Los Latin King o los "Dominican Don't Play", pero también se dirigen a Suiza, Holanda e Italia, dijeron a Efe fuentes policiales.
Aunque no hay datos estadísticos, esta tendencia se percibe con claridad, en especial desde los atentados del 11 de septiembre y el consiguiente refuerzo de la seguridad en Estados Unidos.
La mayoría de los que se trasladan a Europa están perseguidos por la policía estadounidense o han cumplido condena y han sido deportados a su país.
En
Para ello, obtienen actas de nacimiento y cédulas falsificadas que les permitan conseguir visados de turista y de ese modo entrar en Europa, "pese a la gran efectividad de los filtros policiales españoles", añadió el responsable policial.
"Se trata de gente que tiene problemas con la ley en Estados Unidos" y a la que le interesa ir a Europa, donde, por otra parte, "saben que la droga se paga a doble precio" que en el país norteamericano.
Una vez en el país de destino continúan con sus actividades delictivas de siempre, como el narcotráfico, la extorsión, los secuestros para saldar deudas de droga y otras actividades propias del crimen organizado.
"Están acostumbrados a manejar dinero, no tienen problema en gastar 4.000 o 5.000 dólares en un día y les interesa ir a Europa para seguir con estas actividades, ya que para ellos es arriesgado volver a los Estados Unidos", agregó.
"Si saben que en Europa pueden ganar más dinero con igual o menor esfuerzo, no dudan en dar el paso", señaló.
Como ejemplo de la importancia que dan a sus actividades los miembros de estas bandas, Burgos señaló que en muchos casos envían a su gente desde Europa para perseguir y, si es necesario, asesinar a sus deudores.
"En el ultimo año y medio hemos contabilizado más de 20 casos de asesinatos cometidos por bandas en
En Europa disponen de contactos que están muy bien organizados y cuentan con todo lo necesario para acoger a sus compatriotas, a los que les unen no sólo los lazos de origen, sino los fuertes vínculos de la organización a la que pertenecen.
"Les esperan, les ubican, les buscan trabajo, vivienda, documentos, todo lo necesario", dijo Burgos.
El responsable policial fundó hace cuatro años la unidad que dirige y en la que cuenta con un equipo de 80 personas para combatir las actividades de estas bandas o pandillas.
"Los que van para allá mantienen el contacto con sus familias aquí, ya que, como todo emigrante, van con la intención de enviar bienes a sus familiares", señaló.
Estas relaciones familiares permiten a los agentes el seguimiento de activos y de operaciones de lavado de dinero, una "excelente vía de investigación de las actividades criminales" por parte de
Burgos elogió la colaboración entre
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