lunes, 25 de mayo de 2009

Por qué los opuestos se atraen

Diversidad. Esta escueta pero significativa palabra es protagonista esencial de la evolución de la vida sobre el planeta.

De hecho, comportamientos varios en la amplia gama humana, han sido moldeados por la necesidad de que exista variedad a la hora de reproducirnos.

Nuestra especie se opone al incesto y se rige por el dicho que asegura que los opuestos se atraen, sin embargo, la ciencia hace mucho que ha estado investigando los mecanismos que conforman las bases que rigen la atracción sexual, ese inicio del camino hacia el emparejamiento: el impulso central de la evolución.

“Junto a la supervivencia, la reproducción sexual marca el camino del desarrollo de las especies. Los genes cambian, se transforman y buscan un genoma que aporte el mayor beneficio a sus genes en su combinación. Por ello la atracción de semejantes, biológicamente hablando, no deja beneficios”, explicó para El Caribe la neuróloga Amy Armentrout de la Universidad de Pittsburgh.

Ahora, en la conferencia anual de la Sociedad Europea para la Genética Humana, que inició en Viena, la profesora Maria da Graça Bicalho, directora del laboratorio de histocompatibilidad e inmunogenética de la Universidad de Paraná, en Brasil, aseguró que investigaciones han demostrado que las personas con una diversidad mayor en sus complejos de histocompatibilidad (MHC) tienden a gustarse más.

Es decir, mientras mayor variabilidad exista en la sangre de usted y su pareja, pues es posible que mayor atracción hayan sentido al conocerse.

“Se trata de una estrategia evolutiva que no es exclusiva de nuestras especie y que ha sido descubierta en otros vertebrados, especialmente en las hembras; mientras más similar sea su histocompatibilidad, menor será la atracción, es una forma de asegurar una reproducción saludable”, expresó la profesora durante la conferencia.

La doctora explicó que muchas de estas diferencias son emitidas en olores varios que afectan el nivel de atracción que sentimos hacia el sexo opuesto (o el mismo sexo, de acuerdo a su preferencia sexual). Bicalho y su equipo han estado estudiando la atracción sexual desde 1998 entre la población brasileña.

“Aunque lo natural es que estemos tentados a pensar que los humanos elegimos una pareja que se parezca a nosotros, biológicamente no es así, nuestros genes nos han programado por mucho tiempo para que nos atraigan personas que sean disimilares a nosotros pues son estas diferencias las que aseguran una reproducción segura y sana”, explicó.

Los mejores hijos son de Padres diferentes

Dos grupos fueron creados para participar en el estudio, noventa parejas de casados y 152 parejas no controladas con las que iban a ser comparados.

“Notamos un patrón que aparece en parejas oficiales, donde el nivel de disimilitud entre los MHC eran mucho mayores que en parejas creadas al azar, es decir, cuando la atracción ya ha sido afianzada con un compromiso para formar familia, se contaban muchas más diferencias”.

Este patrón de discrepancias elimina la probabilidad de endogamia, o reproducción entre miembros de familia.

“Las diferencias en nuestros genes y nuestra sangre son buenas, aumenta la variabilidad genética del bebé y refuerza su sistema de defensa”.

La acción de una región

La MHC es una región genética bastante grande que está situada en el cromosoma 6 y que ha sido descubierta en la mayor parte de los vertebrados.

Estas moléculas tienen un efecto significativo en las reacciones del sistema de inmunología y también en el éxito reproductivo. Además de ser una región grande, cuentan los científicos, también es sumamente diversa.

“En muchas investigaciones hemos visto que las parejas que tienen MHC similares, se tardan más en concebir y existe un tiempo mucho más largo entre nacimientos.

Deseamos comprender más estas combinaciones para mejorar los tratamientos de fertilidad entre parejas y comprender mejor el proceso de apareamiento desde la perspectiva evolutiva”, dijo la profesora.

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