El joven fue asesinado al mediodía del pasado jueves cuando su compañero arreglaba una avería y, en esos momentos, una patrulla policial perseguía a dos asaltantes desde la avenida 27 de Febrero con Máximo Gómez porque le habían quitado una yipeta a unos ciudadanos chinos, la cual dejaron abandonada a una esquina del lugar del crimen.
Tras herirlo de un tiro en el cuello, los asaltantes arrollaron al empleado de la compañía Attivare con la camioneta Nissan y, tras pasarle por encima varias veces el vehículo, huyeron de la escena criminal.
Hasta el momento la Policía no tiene una respuesta sobre el trágico hecho y tampoco ha dado con los dos hombres que asesinaron Suazo Brito.
Sus familiares, amigos y vecinos expresaron inconformidad con la tragedia sucedida. Un padre que no tendrá fiesta este 27 de julio porque unos delincuentes le quitaron al más pequeño de sus hijos, sufrirá en carne propia la amargura de saber y recordar cómo mataron a su retoño que cada día le llamaba a decirle “Viejito lindo, cuídese”.
Sin poder hablar y con los ojos hinchados de tanto llorar, José Altagracia Suazo, padre de Miguel, no encuentra consuelo al ver el cadáver de su hijo, quien ahora comenzaba a vivir y a ver crecer a sus retoños.
Su voz de padre adolorido le permite perdonar, pero que la justicia haga lo que debe hacer en el caso de uno de los mejores de sus hijos, quien a diario le decía que tenía que trabajar por sus niños, así sea de día o de madrugada.
El estado traumático en que se encuentra su esposa Dileydi Minaya, es penoso, a tal punto que se lamentaba diciendo que esas flores no eran para su marido porque a éste no le gustaban las flores y un “Viene ahora, sí, él viene a ver a sus muchachitos”, hicieron de ella un pedazo de impotencia y un deseo agresivo de que se haga justicia.
Ahora dos niños se encuentran huérfanos, el más pequeño de ellos, Juan Miguel, de ocho meses, padece falsemia, tampoco, José Miguel, de cuatro años, quien corría a los brazos de su padre todas las noches, y quien tuvo que ser llevado a la casa de su abuela materna cuando preguntaba constantemente a su mami qué le pasaba y por qué.
Ninguno de los dos tendrá un padre que vele ni los defienda cuando fuera necesario. Aquel hombre que se levantaba diariamente a trabajar desde las 6:00 de la mañana hasta las 11:00 de la noche para que el infante tenga sus medicamentos a tiempo, no volverá.
“Le quitaron la vida como si fuese un delincuente”, fue el primer grito de su hermana Coral Suazo. “Un hombre que estaba trabajando para ganarse el pan de sus hijos en un día que quizás no imaginó y donde su único acompañante, Miguel Antonio Santos Hernández, de 25 años, tuvo que ser retirado de la escena del inhumano crimen”.
A doña Carmen Brito, madre de la víctima, ya no tendrá al hijo que tanto se preocupaba de que vaya al salón todos los fines de semana, su niño, como ella le llamaba, se lo mataron de una forma que lo merecía.
Amigos lamentanSu féretro estaba lleno de flores, especialmente de sus compañeros de trabajo, quienes fueron vestidos de negro y mamei desde ayer que se enteraron de la muerte a destiempo del chico más alegre de la empresa, quien ponía a todos a reír, olvidándose de sus problemas para brindarle una sonrisa a los demás.
La alegría, solidaridad y humildad de Miguel Suazo hacia sus camaradas. “Aún sabiendo que a su hijo le estaban cambiando la sangre en el hospital, los problemas los dejaba aparte y seguía trabajando con más entusiasmo y dándole ánimo a nosotros”, recordaron los jóvenes.
Ante esta dolorosa tragedia, pidieron a las autoridades tomar medidas drásticas en este tipo de casos, ya que apresan a los delincuentes y a los pocos días son absueltos.
Todos ellos fueron a darles las condolencias a los familiares de Suazo, quien habría de cumplir en las próximas semanas sus 26 años, le dieron el último adiós a alguien que nadie podrá devolverles.
El video fue filmado por un aficionado, que no quiso identificarse por temor, y que se ve claramente cómo lo aplastaban una y otra vez.
Falleció mientras recibía atenciones en el Centro Médico del Caribe, ubicado en la avenida 27 de Febrero esquina Leopoldo Navarro.
La Policía designó una comisión para investigar el sangriento hecho, y fueron detenidos Javis González Edward, de 27 años, residente en el sector Jardines del Ozama, de Los Tres Brazos, quien se encontraba en el lugar del hecho, y al compañero de la víctima, Miguel Antonio Santos Hernández.
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