El y el ladrón libraron un pleito feróz. José llevaba en sus bolsillos los dos mil pesos fruto de varias semanas de trabajo. También llevaba un par de celulares. Era ese el preciado botín de Augusto, un ladrón del barrio Villa Pumpa, de Sabana Perdida, que tiene a todo el mundo en zozobra.
Cuando José, que llevaba en sus bolsillos el dinero con el que comerían sus hijos, lo defendió como una fiera de la violencia del delincuente, implicándose los dos en un pleito cuerpo a cuerpo.
Fue así como, Agusto, en intento exitoso por soltarse de su vìctima, clavó sus dientes en el labio inferior de su víctima, cual fiera sedienta de sangre, y ¡zas!, se lo arrancó de un solo y sólido mordísco.
Todo ocurrió a plena luz del día, a las 4.00 pm.
Así, con la carne "aún viva" y sin tratar por los médicos, el obrero de la Cruz se presentó ante la oficina del Fiscal a plantar una demanda contra el atacante. Los fiscales le dijeron que primero fuera al mèdico porque su salud era más importante.
En el camino, allá, en la oficina del Fiscal, los curiosos solo querìan ver al hombre que un ladrón "le arrancó un bembe".
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